Por medio de una pasmosa naturalidad se habla de éxitos de gestión, planificaciones donde no las hay y a lo que se adiciona una serie de medidas demagógicas que no brindan soluciones a los gravísimos problemas que se han hecho cotidianos para los ciudadanos.
En las tribunas se escuchan por doquier cantinelas como “estamos trabajando para resolver las materias pendientes”, tanto por parte del gobierno nacional como los gobiernos provinciales se dicen abocados a poner fin a las irregularidades que se han prolongado por varias décadas, provocando el caos en que hoy se ha convertido la anarquía estatal desde ese nefasto 2003 en que el kirchnerato asumió el poder absoluto y su continuidad que hoy tiene cara de mujer.
Vivo ejemplo de los cumulados para la quintita oficial, encontramos a Daniel Scioli, quien de acuerdo a la corporación política era el mejor hombre para gobernar la Provincia de Buenos Aires, una provincia desmadrada en todo sentido a la que las anteriores administraciones habían dejado como tierra arrasada; cuna de delincuentes, emporio de la droga y con todas sus instituciones destruidas.
El 10 de diciembre pasado Scioli asumió la gobernación con un discurso colmado de promesas mágicas, con el que sostuvo tener planes para levantar de las ruinas a una nueva y pujante provincia, lo que fue aplaudido por los impresentables de siempre, incluso el ex-presidente Néstor Kirchner. Seguir leyendo «El “buen muchacho”»