Desde un criterio estético amplio se podría decir que Cristina Kirchner es una figura decorativa y quien realmente gobierna Argentina es su esposo desde una oficina en Puerto Madero, algo previsible desde el mismo momento que surgió su candidatura
.Si bien siempre es una tentación destacar los papelones y dislates de la inquilina de Balcarce 50 para ejercitar la ironía, las preocupaciones de los argentinos deberían estar centradas en esa acumulación de poder por medio del “partido único” con el cual Néstor Kirchner quiere convertirse en amo y señor de los bienes y vidas de los argentinos.
Denunciar y destacar los ejercicios del ridículo de la “Chica de la Burbuja” no contribuirá a la recuperación de la República, solo una acción firme de los ciudadanos ocupando los espacios perdidos por una corrupta corporación política podrá salvar a la Argentina de una nueva crisis terminal
Autor: Sigfredo Durán
Email: siggyduran@gmail.com
Fuente:La Historia Paralela